3 oct 2011

Voto en Blanco

Artículo recomendado por
Carlos Andrés Martinez
Dir, de Curso
Por: ÓSCAR COLLAZOS
Tomado de ElTiempo.com:


    José Saramago imaginó un país en el que la mayoría de sus ciudadanos decide votar en blanco en las elecciones municipales. No es un país gobernado por una dictadura. Por el contrario, la historia transcurre en un país democrático en el que todos los partidos y fuerzas políticas, de izquierda a derecha, participan en las elecciones que se acaban de celebrar.

    Los insólitos resultados alarman hasta tal punto al gobierno local y nacional, que el hecho es recibido como una conspiración revolucionaria, diseñada, presumiblemente, por una organización clandestina y, de seguro, liderada por cabecillas que pretendían minar los cimientos del orden democrático.




    Aunque se trata de una feliz coincidencia de las mayorías en el rechazo de las ofertas políticas tradicionales, el gobierno desata una feroz represión contra los "culpables", ciudadanos anónimos convertidos primero en sospechosos y luego en chivos expiatorios. Si no hay culpables, hay que inventarlos.

    La alegoría de Saramago concede al voto en blanco un valor excepcional, superior al triunfo de un partido de oposición. No solo se volvió peligroso hablar del voto ganador en las elecciones, sino que todo lo "blanco" empezó a ser asociado con la conspiración. Entonces, el Estado policivo mostró sus colmillos y cobró sus primeras víctimas, inocentes que, después de ser torturados, se declaraban culpables.

    La "democracia" tenía un límite: más allá de lo oficialmente correcto y aceptado, estaba el peligro del desorden, el terrorismo y prácticas abominables que era preciso eliminar. Como en otra de sus alegorías ('Ensayo sobre la ceguera', por ejemplo), en 'Ensayo sobre la lucidez' Saramago mostraba la incapacidad de los estados democráticos en la respuesta razonable a anomalías y hechos inesperados.

    Humberto de la Calle escribió en el 'El Espectador' del domingo pasado un drástico artículo sobre la pretensión legal de darle valor económico y partidista a la iniciativa ciudadana del voto en blanco: http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-296691-aberracion-del-voto-blanco. Sin embargo, no se ha dicho todavía con suficiente fuerza lo miserable que resulta haberle abierto la puerta a un nuevo escenario de la corrupción, precisamente en una de las opciones más desinteresadas de la participación ciudadana.

    Dice la Ley 1475 del 2011 que los "partidos y movimientos políticos con personería jurídica, y grupos significativos de ciudadanos que promuevan el voto en blanco en las campañas para cargos o corporaciones de elección popular, podrán realizar propaganda electoral en las mismas condiciones fijadas para las demás opciones a elegir respecto del mismo cargo o corporación, en la respectiva circunscripción".


 
    La democracia va más allá de la posibilidad de escoger entre lo que se ofrece en el mercado electoral. 

Al despojarla del valor moral del disentimiento desinteresado, los legisladores colombianos sacaron el voto en blanco a la feria del negocio electoral. 


   

"Al paso que vamos, si sigue esta búsqueda acomplejada de la democracia, pronto tendremos que financiar también a los abstencionistas", escribió De la Calle. "El que vota en blanco expresa una opinión respetable, pero no puede tener velas en el entierro de la representación. Precisamente lo que no quiere es que lo representen los candidatos en juego".

    La dichosa Ley dice algo muy claro en la letra, pero muy turbio e incierto en la práctica. ¿Reposición por haber invertido un poco de dignidad en el rechazo de indignas ofertas de políticos y partidos? Este será el dilema de quienes tienen ahora el derecho de recibir los mismos incentivos de microempresas electorales llamadas partidos.

4 comentarios:

janesolerarbelaez dijo...

El blog es muy interesante porque llena el vacio que hay a nivel de cultura política y sobre todo es un espacio para que nosotros los jóvenes expresemos nuestro sentir sobre temas de actualidad política.

Me identifico con la idea de que el voto es importante no sólo como expresión de la voluntad del pueblo sino por el poder que tiene en la toma de decisiones. Por eso no es bueno promover abstencionismo en las masas, al contrario, promover el voto para que no sean los demás quienes decidan por nosotros.Lo que se debe generar es una campaña a favor de decidir si dejarnos presionar, es decir, elegir a conciencia y de manera responsable.

Fernanda Buitrago dijo...

Gracias por tu opinión, te esperamos siempre por acá para que compartas con nosotros.

Maria dijo...

Hola: Para mi antes era de un pánico el aporte de dar mi voto ya que en mi concepto era terrible saber que si yo daba mi voto y no era legal las cosas que mi candidato hiciera era cruel y por eso hasta el día de hoy no he aportado mi voto pero al leer veo que es de mi responsabilidad y de libre albedrío dar mi voto y se que cuando tenga la oportunidad lo voy a realizar a conciencia.

Fernanda Buitrago dijo...

Gracias MAria, aportes como el tuyo nos demuestran que podemos cambiar nuestros prejuicios acerca de la manera en que se ejerce la política y la ciudadanía!

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